BIENVENIDA

¡Hola a tod@s!

Os doy la bienvenida a mi blog.

Este blog nace con la intención de ser no solamente un lugar donde incluir mis opiniones, comentarios, sugerencias, vivencias, informaciones interesantes, divertimentos, etc., sino también un espacio común donde poder comunicarnos.

Aceptaré todo tipos de críticas, aunque prefiero las constructivas, que me ayudarán a mejorar.

Espero que os guste.

Carpe diem.


lunes, 28 de julio de 2008

Dani Pérez, un gran monologuista


Ahora que se acercan las vacaciones, apetece que te den una dosis extra de humor para que puedas sobrevivir en los penosos y largos días hasta que puedas escaparte del duro trabajo diario.

Y qué mejor que ver un monólogo sobre los villancicos, ahora que se acercan las fechas navideñas. Me encanta porque creo que en algunos aspectos pienso lo mismo, y de ahí mis dos artículos con el título: ¡¡¡Sooooocooooorrooooo!!! Llega la Navidad. Por si tenéis interés en leerlos, se encuentran en la sección "Reflexiones con humor".

Pues eso, a disfrutar con Dani Pérez:



lunes, 21 de julio de 2008

Libros: "La música del azar" (Paul Auster)


En este libro Paul Auster plantea un historia que desde el punto de vista de un europeo, por no irnos más lejos, podría sonar a poco creíble o surrealista. Eso sí, si recordamos que ocurre en Estados Unidos, creo que podríamos pasar de la incredulidad a una cierta creencia en historias curiosas como ésta.

Jim Nashe es un bombero con una vida solitaria, puesto que su esposa lo ha abandonado y su hija vive con Donna, la hermana de Nashe. Por azar del destino, recibe una herencia de su padre y cree que es un buen momento para cortar con su aburrida vida cotidiana y emprender un viaje con un Saab rojo, su vehículo preferido y que nunca había podido comprar.

Más que un viaje placentero se convierte en una huida hacia adelante puesto que lo que más le importa es alejarse de Boston, y viajar y viajar. Hacer kilómetros sin importar mucho qué rumbo o hacia qué lugar. Él cree que sólo se encuentra "vivo" si conduce, y cuantas más horas, mejor, acompañado casi siempre de música clásica. Ahora se cree dueño de su destino porque todo lo hace según su criterio, sin tener que dar cuentas a nadie.

Sólo se detiene un poco para ver en alguna ocasión a su hija o a Fiona, una antigua amiga de Boston que ahora vive en Berkeley (California) . Cuando finalmente se decide a proponerle una relación más estable, ella le dice que ha vuelto con su ex novio y que "sinceramente, no puedo contar contigo". Todo esto le enfada aunque cuando reflexiona con cierta calma llega a la misma y dolorosa conclusión que Fiona.

De forma casual recoge a un autoestopista, Jack Pozzi , con quien establece una relación de cierta amistad en un primer momento y casi paterno-filial al final. Jack se desenvuelve bien jugando al póker y Nashe cree que pueden ganar dinero rápido y con facilidad, por ejemplo desplumando a dos millonarios agraciados con una lotería y que conocían a Jack.

Lo que iba a ser una rápida partida de póker para ganar mucho dinero según decía Jack, acaba en una humillante derrota con pérdida de todo el dinero, el coche y una deuda por saldar. Estos excéntricos millonarios deciden que paguen la deuda con trabajo, concretamente construyendo un muro para el perímetro de la lujosa mansión. Esto se convierte en una "cárcel" física y mental para ellos hasta que pueden "escapar" de forma muy diferente.

jueves, 17 de julio de 2008

Lyrics.com: una fantástica web para buscar letras de canciones en inglés


Creo que muchas veces nos ha pasado a todos que hay alguna canción de la que no recordamos toda su letra o que hay algún fragmento que no nos queda claro, ya sea por las habilidades vocales del cantante (ahora mismo estoy recordando los célebres falsetes de los Bee Gees, como si les estuvieran apretando alguna zona sensible) o por la acumulación de instrumentos, efectos, distorsiones, ecos, samplers...

Para ayudarnos a buscar aquella canción favorita o curiosa podemos utilizar la web Lyrics.com, que es bastante útil y completa. Puedes efectuar una búsqueda por canción o por cantante, además de otras secciones con las que puedes entretenerte un poco: trivial, lista de éxitos, fórums, poemas, etc.

Quizás os pueda interesar, pero cuidado, que a veces empiezas a buscar y a buscar, y vas de una canción a otra, y de un disco a otro, y de un grupo a un solista, y de un solista a un dúo, y de un dúo a un quinteto... En fin, que las posibilidades son casi ilimitadas. Que lo disfrutéis, amigos y amantes de la música.

Hey Jude, don't make it bad
Take a sad song and make it better
Remember to let her into your heart
Then you can start to make it better


domingo, 13 de julio de 2008

El bolso femenino (visión masculina)


El bolso femenino, uno de los mayores misterios de la humanidad

Quizás el título de este artículo puede parecer un poco exagerado, pero desde mi humilde punto de vista creo que podría estar en lugar destacado de los mamotretos que podríamos consultar sobre los grandes misterios históricos y/o arqueológicos de nuestro planeta. Así, a bote pronto se me ocurren otros que pueden estar al mismo nivel: el significado del monolito de la película 2001 Odisea del espacio, si existió realmente la Atlántida, si primero fue el huevo o la gallina, si España pasará de cuartos en algún Mundial o Eurocopa de fútbol (bueno ahora tendría que eliminar esta opción porque el “gazpacho mecánico” ha triunfado) o qué bebida contenía la taza de Pepe Navarro cuando presentaba Esta noche cruzamos el Mississippi.

Después de esta breve introducción digna de cualquier sesudo y complejo estudio de una universidad estadounidense y/o británica de prestigio, pienso que debería centrarme en el intríngulis propiamente dicho, que podría resumirse en la siguiente pregunta: ¿La capacidad del bolso de una mujer es infinita? Me sorprendo tocándome el mentón (señal de que mis neuronas intentan conectarse para producir una idea) y me surge otra cuestión al respecto: ¿Existe algún protocolo oficial y consensuado internacionalmente sobre qué debe llevar un bolso obligatoriamente? Vamos, lo que sería unas normas estándar, como unas ISO para el contenido del continente al que nos referimos.

Sí, sí, ya sé, muchos y muchas pensarán que soy un exagerado y que empiezo a divagar, pero es que yo he visto sacar de la chistera, perdón, del bolso, casi cualquier cosa. Intentaré hacer memoria sobre esto. La cosa se complica por momentos, pero intentaré hacer una lista lo más completa posible:

  • Llaves varias con un llavero que podría ser la sandalia artesana de Menorca, por ejemplo.
  • El resguardo de una tintorería (relativo a varias prendas masculinas de un ex novio y que nunca se recogieron porque el tonto aquel no se fijó en el vestido nuevo ni tampoco en el nuevo peinado en un día muy especial, ¿un aniversario, quizás?).
  • Elementos de higiene personal (hasta aquí puedo leer, como decía Mayra Gómez Kemp, sí, sí, la del “Un, dos, tres” que no era ni la Ruperta ni las tacañonas).
  • Kit “tengo casi 30 años y me tengo que quitar años de encima como sea”: con todo tipo de potingues de precios caros y que siempre en el título ponen algo de nutritiva, reafirmante, reconstituyente, antiarrugas, liposomas, avena y no sé qué más.
  • Una rebequita porque nunca se sabe cuánto frío puede hacer cuando el sol se esconde (ui, la última parte suena como el título de una canción de los años 80, ¡qué cursi me ha quedado!).
  • Kit “me pongo guapa en 5 minutos”: peine, cepillo, goma del pelo o pinza para el mismo cometido, pulserita y pendientes a juego, maquillaje, perfume, gafas de sol, barra de labios (normal, con brillo, water proof...), eye liner, rímel, tapaojeras, colorete, pinza para pestañas, etc.
  • El último libro que se está leyendo (o el penúltimo que leíste, porque a lo mejor el último está en la mesita de noche).
  • Monedero (algunos de formas bien extrañas para ser un simple receptáculo para la calderilla).
  • Tiritas de papel de la última visita a la perfumería.
  • Pañuelo de cuello (foulard para los finos).
  • Pañuelos de papel (si son mentolados, son la repera).
  • Móvil (¿con batería de respuesto y/o cargador para el cenicero del coche?).
  • Chancletas, sandalias o zapatos de repuesto (un par a elegir, no los tres).
  • Agenda (con anillas o no) y lápiz o bolígrafo incorporado (¿regalo de alguna convención o conferencia?).
  • Etc.

Seguro que hay más elementos o adminículos que podrían aparecer en la lista pero creo que ya está bien, que no es plan de hacer una lista más larga que los títulos de crédito de El señor de los anillos.

Aparte de todo esto, creo que la peor frase cuando una chica está rebuscando en su bolso algún objeto en particular es: “He cambiado de bolso y me lo he dejado en el que utilicé ayer”. Ante este grave problema yo propongo lo siguiente: meter todas las cosas importantes y/o imprescindibles en otro bolso más pequeño (también llamado “neceser“ para los hombres) y éste introducirlo en el gran bolso, aquel que debe combinar cromáticamente con el jersey, los zapatos, el vestido, la diadema, los pendientes, la blusa, el foulard, la chaqueta, etc. De esta manera siempre llevas “dentro” lo necesario y por “fuera” combina con lo que te interesa.

Después de haber aportado una solución casi “mágica”a este gran problema cotidiano y de índole universal, me retiro a mis aposentos no sin antes amenazar con volver en cualquier momento y para cualquier otro tema.

Hasta pronto.

NOTA: Para poder leer la visión femenina sobre el bolso femenino, tan sólo debes hacer clic aquí.

El bolso femenino (visión femenina)


¿Bolso o martirio?

Por gentileza de Montse R.

El tema “bolso” se ha convertido en un suplicio, que no le quepa duda a nadie. Ya desde que se compra hay que lograr que cumpla con una serie ineludible de características, a saber: bonito, práctico, bien acabado, con capacidad suficiente, que combine con tu ropa y, sobre todo, cómodo. Ha de tener también cantidad suficiente de bolsillos, escondrijos, separaciones y apartados para ubicar con orden la cantidad ingente de cosas sin las cuales no puedes salir de casa. Otro detalle a tener en cuenta, a menudo el último, es que su precio no obligue a contener el más canallesco insulto a la sociedad de consumo.

Según el nivel de pijez de la usuaria se puede iniciar la búsqueda del bolso perfecto en lugares dispares como: tienda especializada, gran superficie, tiendas de todo a 100, tiendas de chinos y mercadillos. En estos últimos, rebuscando bien y sin pretender ir a la última, es posible encontrar modelos aptos para venderse en tienda especializada a precios que fácilmente pueden representar una cuarta parte de lo que allí pedirían.

Para una mujer que se precie es inconcebible salir de casa sin haber conjuntado el atuendo, no sólo con el color de ojos, de día y de zapatos, sino también con el bolso. Este detalle, cansino por cierto, obliga a disponer de una sección del armario, de la entrada, del guardarropa o del perchero dedicada al almacenamiento masivo de estos complementos. Y lo que es peor, obliga a un trasiego incesante de cosas de uno a otro. Éste es uno de los motivos por los cuales la mayoría de las mujeres pasan gran parte de su vida revolviendo en el interior de sus bolsos enseres y adminículos, abriendo y cerrando bolsillitos y cremalleras o volcando el contenido con gestos rayanos en la histeria para asumir, con disgusto palpable, que no encuentran lo que buscan porque se lo dejaron en otro bolso.

En cuanto al contenido merece capítulo aparte. Es obligatorio salir de casa pertrechadas para cualquier contingencia, desde una rotura de costura, a una suciedad imprevista pasando por algún posible ataque de hambre o de aburrimiento. Por lo tanto, no debe faltar:
  • Todas las llaves de la casa, del coche, del apartamento, de la vecina y de los padres (por si te las pide alguien, así no hay que ir expresamente a casa a buscarlas).

  • Pañuelos de papel. Dos paquetes por lo menos. Una nunca sabe cuántos niños con mocos o compañeros resfriados habrá que atender.

  • Toallitas húmedas. Hay suciedades que para desaparecer necesitan el concurso de productos químicos de última generación.

  • Compresas y tampones suficientes por si recibes una visita inesperada y atropellada.

  • Selección de caramelos, chicles y pastillitas para combatir malos alientos.

  • Para la cuestión del mantenimiento: peine o similar, cepillito de dientes plegable con pasta incorporada, colonia o perfume (siempre según el nivel de pijez antes mencionado), crema de manos y kit de maquillaje de emergencia. Este apartado no se cumple en todos los bolsos, al menos la parte final. Depende, como es fácilmente deducible, de las costumbres de acicalamiento de cada usuaria.

  • Según el nivel de conciencia ecológica, una o más bolsas de tela plegables, por si hay que comprar algo de última hora y poder prescindir del decadente y poco glamuroso plástico.

  • Agenda-carpeta que incluya, aparte del dietario, espacio para ejercer de bloc de notas, de archivador de facturas así como de otros documentos necesitados de gestión o trámite burocrático. Ha de incluir un bolígrafo como mínimo.
  • Teléfono móvil, con o sin funda protectora.

  • Kit de costura (en franco desuso).

  • Paquetito de galletas bajas en calorías o manzana, para superar ataques fulgurantes de hambre canina.

  • Tabaco y adminículos de fumador (sólo las que fuman, por supuesto).

  • Libro de turno (sólo las que leen, por supuesto).

  • Lector de MP3, I-pod o artículo afín, que incluya la música sin la que no se puede vivir y la posibilidad de un lápiz de memoria para llevar y traer documentos en formato electrónico del ordenador de casa al de la oficina (también dependiendo de los usos y costumbres de la usuaria).

  • Y por último, el monedero, elemento que podría merecer capítulo aparte. Lo ideal sería que hiciese juego con cada bolso pero pocas mujeres son capaces de soportar tal nivel de traslado de pertrechos en su vida, así que aprovechando la relativa privacidad que ofrece el interior del bolso, se utiliza el mismo siempre. Ha de contener sin falta las siguientes secciones: espacio para los billetes (puede ser escaso); espacio para la monedas (mejor con cremallera); espacio para las cuentas de los comercios que siempre se tiene la intención de revisar y raramente se hace; espacio para las múltiples y variadas tarjetas de plástico sin las que no se puede vivir (incluyendo la sanitaria, la de fichar en el trabajo, la de la biblioteca, la del RACC, la de la asociación X, la de crédito, etc.); espacio para tarjetas de visita que en cuanto te acuerdes tirarás a la basura (contenedor de papel, eso sí); espacio para el carnet de conducir; y exhibidor de fotografías de miembros de la familia.

En fin. Comprenderéis fácilmente la tragedia diaria de miles de mujeres, que se ven obligadas a arrastrar esas maletas de viaje disfrazadas de bolso de mano.

NOTA: Para poder leer la visión masculina sobre el bolso femenino, tan sólo debes hacer clic aquí.

sábado, 12 de julio de 2008

De la idea al libro


Hola, voy a presentarme. Soy una idea. Ya sé que parece raro que una idea pueda comunicarse utilizando una serie de palabras, pero yo soy diferente. Soy una idea que está rondando en la cabeza de una persona, y ésta (la persona) tiene la intención de que yo vaya a más; me explico, que me convierta en una idea especial para una novela. Parece complicado, pero... lo es.

Después de mucho trabajo y algo de inspiración (benditas musas), me convierto en algo más: un argumento. Y poco a poco yo (el argumento) me hago más grande y crezco gracias a unos ayudantes cualificados: situaciones, personajes, lugares, fechas, escenarios, conflictos, verdades, mentiras, ficciones..., y de esta manera progresivamente me voy convirtiendo en un capítulo y otro y otro y otro. Me imagino que ya conocéis cómo funciona esto, porque es una estructura básica y habitual: planteamiento, nudo y desenlace. Curioso lo del nudo, ¿verdad? Supongo que se dice así porque ahí es donde está todo el lío. Y si tienes problemas, pues ya sabes, aplica aquello del nudo gordiano.

Como voy "engordando", me he convertido ya en una primera versión de la novela. Ahora llega el momento de que ciertas personas me conozcan en mi totalidad, opinen qué les parezco y digan qué sensaciones genero en ellos. En la nómina de lectores casi siempre hay familiares, amigos, antiguos compañeros de universidad, colegas del trabajo, lectores, correctores, profesores...

Pasado un tiempo digamos que ya gozo de cierto empaque puesto que mi autor (¿o es mi raptor?) me ha "tuneado" porque ya ha hecho cambios a partir de las revisiones, puntualizaciones y comentarios que ha hecho toda la tropa que he citado antes.

Ahora llega un momento harto difícil puesto que voy paseándome (perdonad el inciso, es que ya me he "solidificado" debido a mi conversión en un montón de folios impresos); pues lo que os decía, paseándome de aquí para allá por editoriales por si consideran adecuado que yo forme parte de su catálogo. No es nada fácil. Casi siempre me dicen que el tema escogido no encaja con su línea editorial. Vaya excusa barata. Si se lo dicen a todos... No importa, seguiremos en la brecha.

¡Biennnnnnnn!, por fin me han escogido. Dicen que les he gustado y que quieren que sea de su "equipo". No hablo de la cuestión económica porque eso está fuera de mi alcance. De eso se encarga mi creador. Os diré también lo que he escuchado: van a transformarme. Dejaré de ser un conjunto de folios impresos y me convertiré en algo mejor: seré un libro. Aunque para eso todavía queda trabajo por hacer, puesto que me revisarán, me acortarán o me alargarán y cambiarán lo que crean oportuno para ser un producto cultural que llame la atención (espero no perder mis virtudes porque ya se sabe, lo comercial manda).

Bueno, ya tengo mi extensión definitiva, porque al final los “especialistas” lo han decidido. Soy algo así como la versión final del original. Anda y rima y todo. Bien, ahora me he enterado de que quedan unos detalles por concretar, referidos al formato, la maquetación y similares: fuente, tamaño, cursivas, negritas, guiones, comillas, capitulares, filetes, corondeles, capítulos, introducción, epílogo, índice, páginas de cortesía, fotografías, ilustraciones, notas, citas, cubierta, sobrecubierta, solapa, pies de fotos, márgenes... Uf, uf, ¡cuánto estrés! Es más complicado de lo que yo me imaginaba. Además, vaya lío de nombres para tantas cosas.

Después de decidir y comprobar todo lo dicho anteriormente y algunas más que me cuesta recordar, ya me han enviado a imprenta. Ahora hablan de galeradas y de compaginadas. Creo que ya estoy casi a punto de ser editado. Sinceramente (espero que me guardéis el secreto), me parece raro que me clonen para llevarme a tantos sitios, pero en esa fase del proceso me encuentro. La rotativa gira y gira y consigue que me convierta en muchos ejemplares.

El siguiente paso es colocarme en una estantería (¡maldita sea, qué rabia me da que sólo se me vea el lomo!) o en una mesa rodeado de “competidores”. Ahora sólo falta que mi cubierta y mi título llamen tanto la atención como para que algún amigo comprador me adquiera y sea tan generoso de dedicar parte de su tiempo de ocio a leer todo aquello que soy; es decir, todo lo que es negro sobre blanco.

Si tú eres uno de esos lectores, te estaré eternamente agradecido porque no sabes lo que cuesta llegar hasta un punto de venta, ser comprado y ser leído.

Ah, y gracias de nuevo por leerme, amigo.

miércoles, 2 de julio de 2008

A mis compañeros de los martes por la tarde (segunda parte)

En muchas ocasiones creo que la realidad te fuerza a utilizar ciertos tópicos, pero no por el hecho de serlo dejan de tener validez. Por este motivo y para calificar con más exactitud todo lo acontecido anoche podríamos usar ciertos tópicos pero, en esta ocasión, en formato pregunta - respuesta:
  • ¿Cómo fue el marco? Incomparable

  • ¿Cómo fue la compañía? Insuperable

  • ¿Cómo fue el ambiente? Inmejorable

  • ¿Cómo fue la velada? Inolvidable

No pretendo ser pesado o causar en nadie una subida de azúcar por lo que podría calificarse de escrito dulzón tirando casi a empalagoso. Pero así lo siento y así lo escribo. ¿Podréis perdonarme?

Considero que el ambiente creado en el grupo es magnífico por todos los componentes y por el liderazgo o dirección que nos marca el profesor. Y ya que se citó anoche la película, podríamos recordar una de las frases más famosas de El club de los poetas muertos: “Oh, capitán, mi capitán”. Creo que encaja bastante bien en la situación.

Me gustaría hacer especial mención a la anfitriona por ofrecernos y regalarnos su generosidad en el antes citado “marco incomparable” por ser un lugar lleno de belleza, comodidad y ambiente especial, porque tiempo atrás seguro que fue una bodega estupenda y centro de tertulias y charlas interesantes.

Creo que la cena podría calificarse, sin miedo a quedarnos cortos, de “festín pantagruélico” debido a la gran cantidad, variedad y calidad de los manjares y viandas. Hice un esfuerzo sobrehumano para intentar dejar limpio (mejor dicho, libre y desocupado) mi plato, y no colocar más elementos alimentarios. Intenté no sucumbir a la irresistible tentación culinaria puesto que dispongo de una complexión física… digamos que “recia”, pero no podía resistirme a probar todo aquello elaborado con tanto cariño y maestría.

También hay que destacar lo divertido que fue todo por tantos y tantos comentarios ingeniosos y llenos de buen humor. Entono el mea culpa por si traspasé el límite del buen gusto o la prudencia e intentaré arreglar mi comportamiento, pero primero tendré que descubrir el motivo de mis desvaríos porque se me antoja harto difícil: ¿Tengo que dejar de tomar la medicación o realmente tengo que tomarla? Lo siento, no me acuerdo. ¿Me equivoqué de medicación y me tomé la de un familiar? Aquellas pastillas de color extraño y que parecían tener movimiento propio, ¿estaban caducadas? ¿Podré fiarme de las pastillas cuyo origen es el maletero de un coche? Perdón, ya me callo, que vuelvo a las andadas.

En definitiva pienso que lo mejor de todo es que se ha creado un vínculo especial y que seguiremos viéndonos y disfrutando de la lectura, de la escritura y de todos aquellos elementos que nos unen.

Gracias por vuestra compañía y cariño.

Un compañero muy, muy agradecido.