Otra noche más en un hotel y sin poder dormir. Son casi las dos de la madrugada de un sábado anodino, como suelen ser todos los que paso en esta ciudad de paisaje industrial. Mi mundo limitado por cuatro paredes y poco más. ¿Libertad o celda de lujo? Muebles prácticos pero impersonales, fotos típicas, colores habituales, revistas de autopublicidad... Me acerco a la ventana para captar vida cosmopolita. No consigo escuchar conversaciones o signos de actividad humana, sólo rumores lejanos y ruidos de coches que surcan la avenida. Miro en la fachada de enfrente y logro entrever por detrás de la cortina una discusión que se desmadra por instantes y que desemboca en pelea callejera y rastrera. Navajas que cortan el aire. Me decido y llamo a la policía. A los siete minutos llega el coche desde la comisaría más próxima.
Me echo en la cama con la satisfacción del deber ciudano cumplido como solía decir mi padre. Suena el teléfono: "Señor Pérez, son las siete de la mañana y le aviso como me pidió". Me ducho, me visto y bajo a desayunar. Cuando estoy a punto de disfrutar de mi segundo café, dos hombres trajeados se dirigen a mí después de hablar con el recepcionista. El más alto me dice: "Señor Pérez, le rogamos que nos acompañe a comisaría para que nos pueda explicar todo lo que vio puesto que uno de los implicados en la pelea ha fallecido". Adiós a mi vuelta a casa para el fin de semana. El próximo vuelo sale el lunes. Dejo el café humeante, me coloco la chaqueta y comienzo a andar hacia la puerta del hotel. Al recepcionista no se le ocurre decir otra cosa que soltarme: "¡Que tenga un buen día, señor Pérez!".
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7 comentarios:
Buenas, señor Javier... ¿puedo ser algo crítica y corrosiva?. Ya sabe usted que es defecto formativo.
Primero, creo que utilizas varias palabras algo altisonantes, y en mi opinión éso provoca que el lector se aleje de la historia, porque siente el lenguaje quizás está escogido con excesivo cuidado y no es llano, humano.
Segundo, sé que es un microrrelato, pero una historia es una idea que tiene un principio y un final sin tener en cuenta su extensión. Aunque cierras la escena muy correctamente, la sensación que me ha dejado es que sólo he visto dos imágenes de la historia, y no hay un final totalmente cerrado.
¿He sido muy malvada? Ya sabes que lo hago con un ánimo totalmente amistoso.
Un beso, y sigue así, obsequiándonos con más relatos y microrrelatos.
Elo.
Buenas tardes, señorita Eloísa.
Usted puede opinar sobre mis creaciones literarias de la manera que estime oportuna. Luego un servidor lo tendrá en cuenta, lo considerará y actuará (o no) en consecuencia.
Respecto al uso de ciertos vocablos, me ha parecido entender que no lo cree necesario. Es algo muy extraño porque mi escritura se caracteriza por ser algo informal casi alocada, como puede comprobarse en la manera de redactar este mismo comentario.
Atentamente,
Su Seguro Servidor
Muy buenas,
Permítanme inmiscuirme en la conversación. No puede ser de otra manera después de navegar por una de mis páginas habituales y encontrarme con la agradable sorpresa de que hay un microrrelato publicado. Teniendo en cuenta que acabamos de vivir en vivo y en directo la primera edición del Concurs de Relats del Diario de Terrassa, me he sumergido con especial interés en la lectura de éste. A saber, el DT ha publicado hoy los 4 ganadores. Bajo mi humilde opinión el mejor de los 4 es el que ha quedao 4 y, por tanto, sin premio. También es el único en castellano. Si no fuera porque acabo de venir de una comida familiar que incluía 2 cervezas y estoy segura que me han afectado la cordura, nunca pondría eso. Pero ahora sí. Me temo que el idioma ha sido determinante.
Total, que el texto de tu blog, escrito por un amigo querido, y bajo la reseña de microrrelato, ha sido devorado con fruición y con ansias de comparar con los que ha ido publicando el DT. No he sabido ver todo lo que ve Eloísa pero insisto en que mi mirada está algo turbia. Sólo he visto que es un tema sugerido sin duda por esta vida que llevas últimamente, y que parece, más que un relato, un diario. Y que me ha gustado mucho. Eso también.
Hasta pronto!
MR
Hola Montse R:
Muchas gracias por tus comentarios y por tus visitas.
Pues llevas razón, el relato está influido notablemente por la vida nómada que estoy experimentando en las últimas semanas.
Ha acabado tu trabajo, te encuentras en el hotel y tu mente empieza a imaginarse alguna que otra historia de suspense, porque claro, en los hoteles siempre hay historias más bien oscuras. Y dicho y hecho. Uno de los pocos días que estaba en casa, perpetré el susodicho microrrelato.
Gracias mil por tus visitas y tus ánimos.
Lo bueno de los relatos cortos es que si en la primera línea nos enganchan, cuando queremos más ya se acaban. Y ahí ya hay que dejar vía libre a la imaginación. A mí personalmente me ha gustado, pero tampoco soy una entendida en escribir pulcra y perfectamente puesto que me limito a escribir aquello que pienso y sé que en muchas ocasiones sería más que mejorable, siempre hablo en mí caso.
Saludos!!!
Hola Fugaz:
Lo bueno de los relatos que escribe uno mismo es que son eso mismo, algo personal y la manera de ver las cosas, entenderlas o sentirlas. Lo importante es disfrutar con lo que se escribe, y si además, les gusta a los demas, pues mejor que mejor.
Me encanta que sigas visitando mi blog. Muchos saludos.
A mi m'ha recordat aquelles histories que són com mirar per un forat la vida d'un altra. T'hi pots identificar per que no defineixen el personatge, el fet és el que passa. Però crec que el centre és la decisió que pren el personatge i com viu les conseqüències. Cal fer, i resignació. M'ha agradat i donat que pensar, crec que això hauria d'aconseguir un microrrelat, però jo no entenc de literatura.
Sílvia
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